Desarrollo Megadiverso
Es un enfoque transformador que integra prácticas de cuidado de la tierra con un manejo sostenible de los recursos naturales y estrategias innovadoras para mejorar el bienestar, tanto global como individual. Abarca un equilibrio armonioso entre los aspectos mental, físico, emocional, social, económico, ambiental, político, espiritual y nutricional, entendiendo que el progreso y el bienestar real solo son posibles cuando todas estas dimensiones se interrelacionan de manera positiva. Este concepto promueve el avance a través de la investigación, el razonamiento y la experiencia para crear nuevos conceptos teóricos fáciles de entender y soluciones innovadoras adaptables al mundo actual. Estas soluciones deben buscar el bienestar completo y ser desarrolladas a través de disciplinas como la psicología, la arquitectura, la economía, la política, la nutrición, la salud, la educación y la tecnología, creando soluciones integrales que no solo resuelven problemas, sino que también mejoran la calidad de vida y el bienestar ambiental en todas sus formas.
El objetivo es generar soluciones innovadoras que minimicen el impacto ambiental, mientras fortalecen la salud integral y el desarrollo de las comunidades.
Para fomentar el uso adecuado de nuestro razonamiento, proponemos la creación de una disciplina formal denominada «Razonamiento». Esta disciplina estaría destinada a enseñar a las personas, desde los primeros años de vida y a lo largo de toda su existencia, a desarrollar y fortalecer su capacidad para pensar de manera crítica, creativa y reflexiva. Su propósito sería ofrecer herramientas para abordar y resolver desafíos de todo tipo: matemáticos, teóricos, prácticos, emocionales y espirituales. Al integrarse en la educación básica y continuar como una práctica habitual durante la vida adulta, esta disciplina contribuiría al bienestar mental, emocional y social de las personas, promoviendo un pensamiento ético, equilibrado y constructivo.
Por ejemplo, aunque la lógica es valiosa, no siempre es la única vía para alcanzar los mejores resultados. Imaginemos a una persona que, siguiendo únicamente un razonamiento lógico, decide terminar una relación personal porque ha identificado ciertos problemas. Desde la lógica, puede parecer una decisión correcta: eliminar el conflicto para evitar sufrimiento. Sin embargo, un razonamiento más amplio, que incluya empatía, comprensión de emociones y visión a largo plazo, podría llevar a soluciones más profundas, como el diálogo o la reconstrucción de la relación, logrando así un resultado más humano y beneficioso para ambas partes. Por eso, el razonamiento, como una capacidad integral, puede potenciar e ir más allá de lo que la lógica por sí sola ofrece, permitiendo ver caminos que de otro modo pasarían desapercibidos.
Imagina que un pequeño negocio quiere aumentar sus ventas y decide ofrecer un descuento del 10% en todos sus productos. Siguiendo una lógica sencilla, podría pensar que cuanto mayor sea el descuento, más productos se venderán, y por ende, aumentarán las ganancias.
Sin embargo, un razonamiento más detallado podría llevarlo a una estrategia diferente. Supongamos que la empresa realiza un análisis de precios y demanda, y descubre que el descuento del 10% aumenta las ventas, pero también reduce las ganancias por unidad. A través de un razonamiento más estratégico, podría calcular que un descuento del 5% podría aumentar las ventas sin reducir tanto las ganancias por unidad, logrando un incremento total en las ganancias. Además, el negocio podría encontrar que los clientes responden mejor a ofertas especiales por tiempo limitado, lo que podría generar una mayor sensación de urgencia y aumentar las ventas aún más, sin necesidad de descuentos tan grandes.
Un ejemplo de cómo aplicar nuestro razonamiento para promover el bienestar mediante nuevos conceptos teóricos o soluciones innovadoras es adoptar el principio de precaución por ley. Este enfoque nos invita a cuestionar nuestras premisas fundamentales y a reflexionar: ¿qué sucedería si nuestras ideas o creencias resultan erróneas? Al plantearnos esta posibilidad, nos preparamos para identificar y mitigar posibles efectos secundarios, consecuencias imprevistas o escenarios de fatalidad que podrían dañarnos individualmente y colectivamente.
Por ejemplo, al abordar el desarrollo megadiverso, es crucial evaluar si la integración completa de todos los elementos es realmente la opción más segura. En lugar de combinar indiscriminadamente todos los componentes, podría ser más prudente seleccionar y vincular aquellas áreas que, en conjunto, garanticen un avance más significativo y que minimicen los riesgos. De este modo, no se trata de frenar la innovación, sino de asegurarse de que esta se desarrolle de manera responsable, anticipando posibles fallos y adaptando estrategias según sea necesario.
En resumen, el principio de precaución no solo protege contra los posibles errores de juicio, sino que también fomenta un crecimiento más reflexivo, mejorando el uso de nuestro razonamiento y asegurando que nuestras propuestas y creencias estén orientadas hacia un bienestar integral y equilibrado en todos los sentidos.
En nuestra opinión, crear una nueva disciplina llamada «Razonamiento» sería una idea muy valiosa. Sabemos que en la educación ya existen materias que enseñan habilidades similares, como lógica, pensamiento crítico, resolución de problemas o filosofía. Sin embargo, lo que proponemos es una disciplina que se enfoque directamente en enseñar a las personas a pensar mejor y de forma más completa, combinando creatividad, intuición, empatía y la capacidad de tomar buenas decisiones, sin quedarse solo en lo lógico.
La gran diferencia de esta disciplina es que no se trataría solo de seguir reglas lógicas, sino de usar diferentes maneras de pensar según el problema que tengamos. A veces necesitamos lógica, pero otras veces necesitamos ser creativos, reflexivos o empáticos. Saber cuándo y cómo usar cada forma de razonar nos ayudaría a resolver problemas difíciles en cualquier área de la vida: matemática, emocional, espiritual, práctica, tanto a nivel individual como colectivo.
Hoy en día, estas habilidades se enseñan por separado: en matemáticas nos enseñan a pensar de una forma, en ética de otra, y en filosofía de otra. Lo que proponemos es unir todo eso en una sola materia que nos enseñe a pensar bien y a usar nuestro razonamiento en cualquier situación.
Por eso, creemos que crear una disciplina llamada «Razonamiento» sería algo muy importante para ayudar a las personas a pensar mejor y vivir mejor, tanto a nivel personal como en sociedad.
Además, sería útil que cualquier persona o institución que enseñe doctrinas de cualquier índole pregunte a su audiencia si lo están haciendo bien, como esta simple encuesta de Adara, Roswell y Bella. ¡Haz clic aquí!
Por Anibal Rodríguez Villeda.